Dannon la contempló horrorizado. ¿Cómo que Débora no era su mate? Y si no lo era, ¿porqué sentía que se volvía loco cuando percibía su aroma? ¿Quién demonios era esa mujer?
De pronto, empezó a toser de nuevo y más gotas de sangre escaparon de su boca, poniéndolo en alerta.
—No se preocupe, Alfa. E