Holden: Serie Walsh 1
Holden: Serie Walsh 1
Por: Paola Arias
Introducción

NOTA:

Hola, mis amores. Espero se encuentren muy bien.

Me siento muy emocionada con este nuevo proyecto, pues hace mucho no me animaba a hacer una saga de mafia, así que tengo grandes expectativas con esta. Espero que la disfruten tanto como yo mientras la escribo.

De más está la advertencia, de igual modo la dejaré. El tipo de contenido es violento, vocabulario soez, venganza, torturas, violaciones y etc... Quizás este primer libro sea más suave que los siguientes, aun así. tendrá su lado violento que a muchos no les gusta y a otros que sí. Por lo que, si no te gusta este tipo de historia, te sugiero que pases de ella.

Gracias por la nueva oportunidad que me brindan, el inmenso apoyo que me dan siempre y ese cariño tan bonito que me regalan y me lo hacen saber mediante sus comentarios y votos.

Las actualizaciones serán lentas, así que les pido mucha paciencia como siempre.

Los quiero muchísimo.

¡Les deseo una lectura apoteósica!

***

Introducción

—¿Por qué? —fue toda la pregunta que mi hermano mayor me hizo, dándome una mirada profunda y seria.

—No tengo por qué darte explicaciones de lo que haga con mi vida. Soy libre de tomar mis propias decisiones y, e irme de aquí, es una de ellas, así que no te interpongas.

—Sabes que no puedo dejarte marchar, así como así, Holden.

—Me iré y ninguno de ustedes va a detenerme. Padre ya no está y ya no quiero ser más parte de este circo. No quiero vivirme la vida enterrando a cada miembro de mi familia hasta que sea mi cabeza la última o la siguiente.

—Vete si es lo que quieres —dijo sin más con ese aire irónico y frío y salió del despacho de padre.

Mi hermano mayor es tan imperturbable como lo era nuestro padre, y no lo culpo, nació y creció para seguir sus pasos y tomar su lugar cuando él faltase. Hoy es una realidad y yo no quiero ser parte de esto. Aunque crecí creyendo que este era el único camino que verían mis ojos, un día me di cuenta de que en el mundo hay un sinfín mejores que este y yo deseo recorrer. Cualquier camino es mejor que este.

Lujos, extravagancias, poder; la gran mayoría de la humanidad desearía un poco de esta vida, pero en realidad ninguno de nosotros está preparado para dejarse ir en un mundo tan retorcido y cruel como este. Yo no pude, pese a que desde muy temprana edad fui "domesticado" como bien se lo he repetido a mis hermanos, para no morir tan pronto.

He asesinado a sangre fría para no morir y ver morir a mi familia. Mis manos están manchadas de sangre tan sucia o peor que la mía. Mi alma no es pura y, aunque deseo librarme de los huesos que llevo en el costal colgado al hombro y tengo claro que nunca pasará, deseo un poco de paz entre tanta maldad.

Mi sueño siempre fue ser profesor, es por ello por lo que pasé muchos años de mi vida estudiando para ejercer algún día mi profesión. Ese día lo veo cada vez más cerca, entre cada paso que doy y dejando esa vida que tanto detesté atrás.

—Cuídate el culo, porque si no lo haces, yo misma me encargaré de rompértelo si te descuidas.

Sonreí ladeado, escuchando a mi hermana melliza venir detrás de mis pasos casi apresurados.

—También te voy a extrañar, caramelito.

—Esta vez te estoy hablando en serio, Hol. Cuídate.

Sabía a lo que se refería, pero siempre me ha gustado molestar a la insoportable chica que nació el mismo día que yo. Extrañaré a mi familia, porque no todo ha sido malo y hemos compartido muchos momentos que me hacen cuestionar que sí podemos ser normales, pero esta no es la vida que quiero. La muerte de padre me hizo ver que no quiero morir sin haber cumplido uno de mis sueños. Y estando aquí, lo único que puedo lograr es una bala en medio de mis cejas.

—Estaré bien —me giré hacia ella y la tomé por los hombres—. Me sé cuidar, además Tanner vendrá conmigo.

—Mejor los sepulto ahora y no después —bromeó, pero curiosamente no sonrió.

—Me reportaré cada cierto tiempo, ¿de acuerdo? —dejé un beso en su mejilla y en sus ojos grises pude deslumbrar un rastro de tristeza, pero como buen camaleón, disfrazó sus emociones por insensibilidad.

Subí al jet junto a Tanner y desde la ventanilla de este contemplé la enorme casa en la que crecí. No me queda nada más que mis hermanos, pero ellos están muy grandes para tomar sus propias decisiones. Si desean seguir aquí luego de la muerte de padre, es porque esta vida les gusta más de lo que pensaba. No puedo detener mis sueños por ellos.

Un viaje largo, lleno de distintos destinos y cambios constantes de ropa e identificaciones, llegamos a nuestro nuevo hogar; una ciudad pequeña y llena de oportunidades.

—Esto de ser el mejor amigo es un maldito castigo —bufó—. Me duele el culo por las horas de viaje.

—Debiste quedarte, Tanner. No estabas en la obligación de venir conmigo.

—¿Y dejarte solo? —negó con la cabeza—. Nunca. Prometimos salirnos de ese infierno juntos, ¿lo olvidas?

—Jamás lo olvidaría.

Nos detuvimos frente al edificio que viviríamos a partir de ahora y, aunque su fachada esté desgastada y no se vea tan bonita, no se ve nada mal.

—¿Esto es lo más decente que conseguiste, Holden?

—Tenemos que pasar desapercibidos, así que no te quejes.

—No me quejo, pero pensé que viviríamos en un mejor lugar, no aquí.

—Cállate y camina.

Seguimos nuestro camino hasta nuestro piso y buscamos nuestro apartamento hasta dar con él. Tanner dejó caer sus maletas al suelo y se recostó por la baranda, viendo desde el quinto piso todo a su alrededor, seguramente maquinando toda una estrategia por si un día somos descubiertos y no tengamos más opción que escapar.

El hecho de pensar en que debemos escapar un día, una molestia se centra en mi pecho. Pero por más que quiera, no puedo tapar el sol con un dedo. Ese día llegará, porque esa fue la amenaza que nos dejaron junto al cuerpo mutilado de nuestro padre que nos hicieron llegar en una caja de regalo.

—Tres vías de escape, pocas, pero nos llevan a las arterias centrales de la ciudad —dijo en automático e hizo una mueca—. Vaya m****a, ni porque estemos a cientos de kilómetros puedo evitarlo.

—No te culpo, no conocimos otro mundo que ese...

—¡Te dije que me dejaras en paz, hijo de perra! ¿No te quedó lo suficientemente claro o necesitas recordarlo con una patada en las bolas?

Nos tensamos por un segundo al escuchar el grito de una mujer, pero enseguida vimos a una hermosa y despampanante rubia hecha furia cruzar por el frente de nosotros y detenerse en el apartamento de al lado mientras era seguida por un hombre de mediana edad.

—Solo te estoy pidiendo que hablemos, Greta.

—Tienes cojones si crees que te voy a escuchar. Lárgate de mi casa y no vuelvas nuca más. No quiero saber nada de ti y de tu esposa. ¡Piérdete de mi vista, cabrón! —abrió la puerta de su apartamento y entró a toda velocidad, cerrándola en las narices del hombre, el cual siseó una maldición.

—Ya te dije que no es mi esposa, bebé.

—¡Vete a la m****a, Connor! —gritó desde adentro y el hombre no tuvo más opción que dar la vuelta e irse.

Salimos de nuestro estupor cuando una canción, proveniente de algún lugar del edifico, estalló en nuestros oídos.

—Fiera, pero deliciosa —soltó Tanner y asentí.

—¿Ves, amigo? Vivir en este edificio no es tan malo. Tenemos a una sexi vecina que seguro nos dará más de un buen espectáculo de su estrambótico culo y su belleza.

—Sobre todo de su culo —rio Tanner, lamiéndose el labio inferior—. Sí, supongo que no es tan malo, aunque no me gustan rubias.

Reí, viendo la puerta de su apartamento quizás con el deseo interno de verla salir y poder contemplarla con más detalle, pero deseché la idea de mi cabeza y entré a nuestro apartamento. En cualquier momento tendré la oportunidad de ver a esa fiera rubia de culo mortal de frente. El comienzo de esta nueva vida pinta interesante. 

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