"Novela trágica".
¿Realmente había dicho eso? Había definido su vida en un concepto al sentirse tan agobiada por tanto, miles de pensamientos y cientos de ideas distintas. Pero, ¿qué tan cierta era esa definición? Posiblemente no mucho, tal vez nada; cómo Rita había dicho, sería tan real como ella lo quisiese creer y ella no quería creerlo del todo.
Pasarón los días, las semanas, los meses y ella por fin entró a la universidad. Estudiaba todos los días, devoraba libros en italiano, uno tras otro, practicaba el idioma con su reflejo en el espejo del tocador.
— Ciao, mi chiamo Miranda Jean Gardner — , el salón repleto de mujeres aplaudió ante la presentación. El profesor hizo una seña para que guardaran silencio y ella pudiera continuar — , e questa è la mia seconda lurea
Todos la vieron asombrados, había dicho justo lo que el profesor le había pedido con un italiano fluido y una pronunciación magnífica.
— Grazie mille, signorina — , respondió el profesor con un aplauso, breve, pero