"Todo el tiempo", vaya respuesta; parecía ser sincera, pero al mismo tiempo no lo era. Era evidente que Miranda se olvidaría de todo una vez llegada a Italia. Las promesas serían vanas y los intentos nulos, así que... ¿Qué decisión se debería tomar en esos casos? El "no", sería lo más prudente; pero no sólo había un permiso en juego, sino un vínculo. O, mejor dicho, dos.
Miranda no tenía idea de que pensar, y su mente se confundía cada vez más. El miedo y la duda la invadían, quería ir, pero le aterrorizaba hacerlo. Esa era la decisión más importante de la relación y no parecía poder aplazarse. Elegir ir significaba hacer de la relación, algo todavía más formal y no ir, significaba temerle al compromiso y corría el riesgo de destrozarlo todo.
Pero su relación sentimental con Michelle no era lo único en juego... había otros vínculos en peligro; su relación con su padre se vería gravemente afectada sí decidía salir del país, pero sí no lo hacía, sería la relación con su madre la que su