OLIVIA
Mi reflejo en el espejo me daba asco.
No del asco hacía mí, sino hacia lo que me rodeaba.
Mire mi espalda con tristeza y dolor, las marcas del cinturón de mi madre estaban al rojo vivo junto con pequeñas gotas de sangre secas que habian salido cuando la hebilla por “accidente” me golpeaba.
Odiaba mi vida o al menos lo que quedaba de ella, los tratos, los golpes, las humillaciones, todo.
Me encantaría volver el tiempo atrás y ver si mi loba resultaba Alpha, pensar en cómo sería mi vida si eso hubiera sucedido, quizas hubiera seguido siendo la consentida de papá y tener el afecto de mi madre.
Las risas, las caricias, todo lo tendría de vuelta.
Pero lamentablemente solo me quedaba el pensar como hubiera sido, porque la realidad era esta.
La realidad eran las marcas que adornaban mi espalda y las palabras de asco acompañadas con ellas.
Una pequeña lágrima cayó de mis ojos y negué dejando de ver las marcas y limpiando mis mejillas humedas. No quería llorar más por ellos, porqu