Parte II Capítulo 15. Más sorpresas para Emma y Alec
En la boda de Jabel y Gaia no hubo necesidad de decir que había sido ella la que donó la boda a las hermanas porque era la única persona extraña a la familia. Desde que Alec y ella entraron a la iglesia y se sentaron del lado de los invitados de la novia fueron objeto de miradas y susurros entre los invitados a la boda.
―Creen que yo era el novio ―le susurró Alec al oído en inglés.
El griego de Emma, aunque era bueno, le costaba entender más cuando las personas hablaban muy rápido o en un tono de voz bajo.
―¿Y el motivo por el cual no nos casamos? ―preguntó ella en el mismo tono e idioma.
―Hay especulaciones de todo tipo, desde una pelea de enamorados hasta que mi familia se opusiera a la boda porque soy un Christakos. Y como somos ricos y caprichosos no nos importa tirar el dinero, en nuestra defensa dicen que al menos fuimos los bastantes sensatos como donar la boda a las hermanas.
Emma sonrió.
―Espera... hay alguien cuyo sobrino trabajará en la recepción del hotel y dice que no soy