Estoy muy feliz por Sebastián, él realmente lo merecía, los deje solos mientras me fui a la cocina a comer esa deliciosa tarta de manzana, la boca se me ase agua de tan solo imaginarla
Estaba comiendo tranquilamente cuando un dolor agudo me atraviesa la cabeza, casi caigo, logre agarrarme de la mesada, pero accidentalmente tire el plato al piso, este iso mucho ruido como para que Sebastián se alterara, salió corriendo de la habitación
-¿Malika estás bien?.- me pregunto acercándose
-sí, solo es un dolor de cabeza.-pero antes de poder sentarme otra oleada de dolor llego a mi cuerpo sacando de mí un grito desgarrador
-¡Ahh! .- caí al suelo
-Malika por la diosa es hora.-dijo, pero no le podía prestar mucha atención, el dolor no me dejaba
Era como si mis huesos se rompieran en mil pedazos y mi temperatura corporal estaba por las nubes, Sebastián me tomo en brazos y salió de casa bajando las escaleras, corrió hasta adentrarse en el denso bosque
Luego de unos minuto que parecieron eter