La distancia entre la pareja era notable ante los ojos de cada miembro del lugar. Se pasaron la mañana viendo como Teo corría desesperado detrás de Itzel, pidiendo y rogando para que reconsidere la ruptura del vínculo la noche siguiente. Pero sabía que por más que hiciera, la mujer no daría el brazo a torcer, seguiría con la decisión desvincularse del pobre alfa.
Obviamente, ellos no iban a quedarse al margen, opinaron entre sí sobre el asunto e hicieron saber a Itzel, el desprecio aberrante que sentían por ella al causarle tanto sufrimiento a su líder. Y así continuó el resto del día.
Mientras Teo se paseaba por el lugar detrás de Itzel o realizaba guardia fuera de su puerta para esperar a que saliera, Rewlly cumplía con la labor encargada. Él desenmascararía al traidor y lo señalaría delante de toda la manada, obligándolo a confesar lo que se le fue otorgado.
Pero... por mucho que quisiera y por extraño que parezca, hasta el momento no estaba teniendo resultados. Todos los que fuer