Christie no pudo evitar pensar que aquel encuentro debía ser similar a una cena con el sombrerero loco.
—Caperucita roja.
¡Oh, por Dios! ¿A dónde demonios había ido a parar?
—Ya veo.
—Verás, la niña había sido entregada a las hadas por su padre, porque este quería fama y fortuna. Tú tienes una unión con Gabe y fueron sus hermanos los involucrados en esa situación. Cuando lo veas puedes preguntarle.
—¿Y que tiene eso que ver conmigo?
—Nada y todo, es decir, que directamente no te afecta, pero sirve de ejemplo para tu situación.
Si, definitivamente estaba atrapada en alguna escena de esa película, casi podía imaginarse al conejo y el reloj.
—Esta charla es de lo más extraña.
—Escúchame, Grace atrajo a la compañera de los hermanos de Gabe con engaños, pensando que ella podría sacarla del bosque donde estaba, pero la magia no funciona así, en su caso y en este, técnicamente el bosque construye las rutas.
—No te entiendo.
—Lo que te quiero decir es que sin importar la dirección, nunca