CAPITULO 89 La mezcla de curiosidad y temor la acució.
Ella asintió, y lo besó con dulzura extrema, y posó su frente en la de él.
¿Se podía pasar de la tristeza y la falta total de incentivos a la excitación y el entusiasmo, con pocas escalas? Se podía, y el puente era Jace Monahan, decidió Tina. Su cuerpo cansado era la muestra de ello, pero lo que estaban viviendo juntos trascendía lo físico. O al menos así lo esperaba ella. Cada encuentro de las últimas semanas había empujado la intimidad, y se habían disfrutado sin límites.
Tina no había considerado que el sexo podía ser tan exquisito y liberador. No tenía que ver solo con su terrible experiencia, o la falta de ella. Él tocaba cada una de las fibras de su cuerpo con maestría y la elevaba, la hacía vibrar, gozar, soñar. Se estremeció al recordar sus manos sobre ella y deseó que la noche avanzara rápido, para poder volver a estar entre sus brazos.
—Estás distraída.
Violet la miraba con indulgencia, y le sonrió, con algo de timidez. Le provocaba nervio y la hacía sentir un poco culpable