- Maldito, maldito idiota. Digo muy enojado.
- Los angeles no dicen esas palabras. Dice a mi lado una Helena extrañamente tranquila.
- Este ángel dice eso y mucho más, cómo ha podido hacerle esto a su hermana? Que hemos hecho mal? En qué nos equivocamos Helena. Digo abatido.
- No hicimos nada mal, ninguno lo hicimos, solo que no nos dimos cuenta de las señales que nos dejaba. Siempre creímos que atravesaba una edad difícil.
- Helena sabes que si fuera cualquier otro, ahora estaría muerto, pero no! Tenía que ser nuestro hijo. Y Helena esto duele, duele demasiado.
- Vamos a buscar a papá y a mamá, despu&e