JUDE
Las imágenes de arreglos florales que dejan frente a mí me resultan realmente aburridas. A decir verdad todas me parecen mucho de lo mismo y no entiendo todavía la importancia de tener esta porquería en todos lados para hacer que el espacio se vea más agradable. De ser por mí, iría al juzgado, firmaría el maldito papel y simplemente regresaría a casa a coger hasta que se me caiga el pito, pero no. Una vez más tengo que pasar por todo este asunto de tener un gran evento para algo tan simple como casarme. A mi lado tengo a una para nada emocionada novia que no hace más que mirarme en busca de mi opinión, aunque al verme a los ojos conoce mi respuesta, lo que la decepciona. —¿Qué? ¿En serio esperas que finja que esto me interesa? Porque a decir verdad, tengo una reunión en una hora sobre resúmenes semanales que parece estar mucho más interesante que esto. Isabella bufa, rodando sus ojos, intentando ocultar su tristeza. —Es importante. Esto es lo que recubrirá las t***s de revistas de todos los medios el día después de casarnos. Todo debe ser acorde. —Entiendo, pero ¿no puedes escoger esto sin mí? La verdad es que me... —Resulta innecesario, lo sé—finaliza, dándose por vencida. Le dice al florista que escoge una imágen entre las miles que hay y que pronto acordarán una nueva reunión, antes de voltear a verme con una expresión que no puedo descifrar—. Necesito un favor más antes de que te vayas. —¿Dinero? Sacude la cabeza, todavía manteniendo una expresión extraña. —¿Entonces? —Necesito que... la busques. Frunzo el ceño al verla. —¿A quién? —Megan—suelta de repente, hirviendo mis venas al momento en que su nombre llega a mis oídos. Aprieto mis dientes con tanta fuerza que siento que se van a reventar mis tímpanos. Apenas puedo respirar con tranquilidad porque de solo recordar a esa mujer, lo que me hizo pasar, todas mis arterias se tapan porque no es más que una maldita... —Sé que no quieres escuchar su nombre, entiendo eso, pero ya han pasado más de cinco meses desde que enviaste los papeles del divorcio y no tuviste respuesta de ella. —Isabella. —Papá habló con los abogados y si queremos casarnos en la fecha que acordamos, necesitan los papeles firmados para ya—dice, mirándome con una expresión seria—. Fueron a buscarla al domicilio que dio, pero no hay nadie viviendo ahí. El casero dijo que se mudó hace poco y no dejó dicho dónde. —No me interesa. —Pero a tu abuelo sí. Dijo que debíamos hacernos cargo de buscar su firma para los papeles y la verdad es que no quisiera decepcionarlo. Para Isabella es importante mantener a mi abuelo de nuestro lado y para mí igual. No siempre consigo que acceda a lo que quiero con tanta facilidad como cuando le dije que aceptaría casarme con Isabella a cambio de que apoyara mi negocio independiente de la familia. Me juré a mí mismo jamás volver a decir su nombre o buscarla otra vez. Llevo mucho tiempo cumpliendo mi palabra, pero ahora estoy contra la espada y la pared porque sé que mi abuelo no me ayudará a encontrarla. Fue bastante claro con que no quiere tener nada que ver con esa chica de nuevo después de lo que hizo por lo que tendré que actuar y romper mi propio juramento. —No puedo creer que me pidas eso—me quejo, sacudiendo mi cabeza. Isabella toma mi mano. —¿Quieres que sea yo quien hable con ella? —De ninguna manera. La conozco y sería capaz de hacerte daño. Es peligrosa. —Temo por ti. Ruedo los ojos. —Mejor teme por ella. Teme porque no le rompa el cuello apenas la tenga en frente porque te juro que seré capaz si recuerdo la m****a que hizo. Mi vena de la frente parece estar a punto de explotar y Danna lo nota, pues con cariño me acaricia el rostro. —Solo necesitamos su firma. Los abogados acordaron que no le correspondía absolutamente nada y quizás por eso se negó a firmar, pero estoy segura de que si logramos que un juez la obligue a presentarse en el juzgado a firmar los papeles, todo estará bien. Lo hará sin chistar. Bufo, sacudiendo mi cabeza. —Si crees que esa mujer soltará esa firma con facilidad estás mal. Quiere hundirme, quiere verme rogándole y... lo haré si con eso consigo sacarla para siempre de mi vida.