Los calambres siguen y la quemazón también, no puedo evitar gritar y llorar ¿Por qué no para? Escucho voces y gritos mientras la puerta se abre, aparece Charles con las chicas y por supuesto Jonás con cara de pocos amigos.
— ¡No sabía que le haría daño! – Grita Dakota — ¡Yo misma la consumo! – le planta cara a Jonás.
— ¡¿No pudiste pensar en que los organismos no son iguales?! – Se le acerca tanto que ella se encoje — ¡¿Eres estúpida?! – ella le suelta una bofetada y mis temblores se hacen más fuertes, rechino los dientes para no gritar.
Se abalanza sobre ella y Charles se interpone colocando las manos en su pecho.
— ¡Tranquilo Serrano, es una chica! ¿Recuerdas? – entorna los ojos y asiente.