Mario
Me acerco lentamente con mi mano y rozo su precioso y delicado cuerpo, no necesitábamos más que ese silencio que teníamos mientras le decía todo con la mirada. Me cuelo entre sus labios y durante minutos recuerdo entre besos lo que había pasado hace un rato.
—Prométeme algo— dijo.
—Lo que sea.
—Prométeme que siempre me buscarás a pesar de lo que pueda a llegar a pasar entre nosotros.
—¿Por qué dices eso?
—Solo prométemelo, Mario.
—Te lo prometo— prometí a centímetros de su boca.
Pensé que me iba a enojar conmigo mismo después de hacerle el amor, después de esperar tantos meses, llegó el día que no pude más.
Sonrío y me mordió el labio, eso me estremeció las entrañas.
—¿Cree