Capítulo 52.

Chantal.

Debby sostenía a Sam de su abrigo con un puño y sus ojos color avellana destilaban rabia pura

—¿Por qué conmigo no? —le decía con tono hostil—. ¿No soy suficiente para ti? —Chantal los vio con asombro, pues ellos no habían notado su presencia.

—De hecho, creo que eres demasiado —confesó él rodando los ojos—. Sabes que no funcionó, Debby —se soltó de su agarre—, ya déjalo estar.

La pelirroja hizo un puchero lleno de amargura. Giró su rostro y se encontró con los asombrados ojos de la rizada. Sus miradas chocaron. Chantal sintió como su rostro se tornaba rojo de la vergüenza que sentía ante lo que había oído. Debby, en cambio, intentó recuperar la compostura con aquel toque profesional que la caracterizaba. Su mirada se aplacó, y lo que la rizada pensó que sería un brillo de reproche total, se convirtió en uno de dolor.

—Buenas tardes, Chantal —le dijo la pelirroja después de carraspear una vez. Sam se giró a verla y sonrió.

—Bu... Buenas tardes a los dos.

—Hola, “Charming Gir
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