EL SENTIDO DE LA VIDA

Para cuándo llegué a casa, Fabio y los dos grandulones me esperaban afuera.

—Señorita Ava, por fin apareció, ¿dónde se había metido? —Pregunta Fabio, bastante preocupado.

—¿Dónde me metí yo?, más bien dónde estaban ustedes?

—El auto se había quedado sin gasolina, un error mío. —Dice con vergüenza. —Los dos chicos me ayudaron a empujarlo hasta la gasolinería más cercana.

—¿Y no pudieron tomarse la molestia de avisarme?

—La verdad es que no creí que saliera tan rápido, ni que a nosotros nos llevara mucho tiempo, pero se presentaron una serie de imprevistos con los que no contábamos.

—A ver... ¡Ilústrame! —Le digo y me cruzo de brazos.

—Después de llenar el tanque, no encontraba mi cartera y ninguno de los jóvenes aquí presente tenía dinero en efectivo, y el datáfono de la estación de gasolina, estaba dañado, así que tuvimos que buscarla por todo el auto, y luego camino a la tienda, uno de los neumáticos se pinchó, así que tuvimos que cambiarlo, y después, tuvimos que d
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