Capítulo 29. La intención del contacto.
Capítulo 29.
La Intención del Contacto
La casa se despierta con el aroma a café y avena, un cambio radical en la rutina de Máximo. En el mes que ha transcurrido desde que Kaitlyn asumió el rol de madre, la coordinación familiar se mantiene con una precisión casi militar, intentando ignorar el beso compartido días atrás. Máximo, el respetable médico, encuentra en la cocina el orden que tanto necesita: ella, el ama de casa dedicada, ya se ha levantado temprano.
Kaitlyn se esfuerza por prepararles comidas saludables. No solo para la cena, sino también el almuerzo para la oficina y la escuela. Los coloca cuidadosamente en bandejas térmicas que conservan el calor y los alimentos frescos, un gesto que Máximo agradece en silencio. Comer fuera era lo habitual; ahora, él disfruta de un almuerzo casero y nutritivo.
En el hall de la casa, Máximo ya tiene su maletín.
“Adiós, papito, buen día,” dice Cristal, besándole la mejilla.
“Adiós, cariño, que tengas un buen día,” responde Máximo, dev