Capítulo 10 Equivocaciones

Diego sintió como su cuerpo reaccionaba a la sensación que conoce bien y sabe que es prohibida.

—¿Qué me diste? —preguntó preocupado.

—Es solo un poco de morfina para el dolor, apenas estoy comenzando.

—Ay Dios mío, debiste preguntarme, preciosa, soy adicto.

Johana dio un paso atrás.

—No lo sabía, Diego, perdoname.

—No pasa nada, no es tu culpa, ya lidiaré con eso.

—Esto es malo, pero solo fue muy poquito.

—No te preocupes —Diego empezó a sudar frío y Johana estaba temblando con cargo de consciencia.

—Debí preguntar, no eres un animal, pero estoy tan acostumbrada a tratar con animales y ellos no hablan.

—Solo imagina que soy un animal y ayúdame con la herida.

Johana fue rápida, tenía destreza y estaba acostumbrada a tratar animales grandes, así que con Diego rápidamente le limpió los orificios el proyectil que entró por el brazo y salió por el hombro.

—Tuviste mucha suerte, la bala no tocó nada importante, aunque no sé cómo quedará la función de
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo