— Por supuesto que sí, si por ti fuese no comerías nada más, no podría olvidarme de empacarla. — dijo entre risas la hermosa rubia.
— Te adoro. — respondió Lorenzo cargando a su amada.
Todo era solo dicho en aquellos momentos, Victoria y Lorenzo no deseaban que fuese de esa manera, aunque, ambos sab