Capítulo 68: Egoísta petición.
Un escalofrió recorría el cuerpo de Lorenzo al mirar aquellos profundos ojos color zafiro, idénticos a los de su madre, idénticos a los suyos. Aquella niña tenía un hermoso cabello rubio como el de la mujer que decía ser su madre, delicadas facciones infantiles de belleza sin igual, aquella niña era un reflejo en miniatura de Eleonora Visconti, la mujer que le dio la vida a él y a Laurent, no cabía duda, esa pequeña temerosa que se ocultaba tras de Ginevra, era una Visconti…aunque no podría asegurar que realmente fuese su hija, aquella rubia despreciable era capaz de mentir y manipular toda situación a su antojo, y sabía bien que el asunto de su donación de espermas al hospital de fertilidad en Palermo, era un secreto a voces que varios de sus enemigos ya conocían, además, la mujer frente a él también había dormido con su hermano. Mirando fijamente a Ginevra, Lorenzo descargaba su mucho desprecio hacia ella con una sola mirada.
— Así que, decides venir a decirme esto después de tantos