Mi mente se ve asolada por nuevas visiones. Alucinantes imágenes de un mundo pretérito denominado en aquella época como Midgard, cuando los continentes de la Tierra eran muy diferentes y las civilizaciones que nuestros científicos modernas consideran las más antiguas aún no existían. Era una sociedad salvaje y cruel, pero siempre había héroes que luchaban por la justicia y la bondad, entre los cuales se contaba mi encarnación de aquella recóndita era, la guerrera Medreth, quien se encontraba librando una gesta militar contra el temible y sangriento Imperio de Hsian.
Medreth había cruzado las nevadas montañas de la Gran Cordillera que separaban las exóticas tierras de Mohenjo Daro de los reinos amarillos en el Oriente y llegó hasta las amuralladas tierras de Shang, una avanzada civilización de soberbias ciudades enchapadas en terracota constantemente asediada p