Capítulo 47. El Frágil Telón de la Discreción.
POV Isabella.
El eco de la puerta cerrándose tras Armand zumbó en mi oficina, más fuerte que cualquier grito. Me quedé allí, congelada, el zafiro en mi dedo quemándome. Joseph me miró, su rostro contorsionado por una furia que rara vez le había visto.
—¡Isabella! —su voz era un siseo helado. —¡Cómo pudiste ser tan irresponsable! ¡Un hijo de Jeremy! ¡Esto es una catástrofe! ¡Destruye todo lo que hemos construido!
Las lágrimas caían sin control por mi rostro. —No fue mi intención, señor Walton. No lo fue, lo juro, fue un accidente.
Joseph se frotó las sienes, su ira mutando rápidamente en una fría y calculada determinación. Su pragmatismo siempre vencía a la emoción.
—Silencio, Isabella —ordenó, su voz ahora baja y peligrosa. —No hay tiempo para lamentaciones. Esto debe manejarse con la más absoluta discreción. Nadie, nadie debe enterarse de esto. Ni una palabra a la prensa, ni a los empleados, ni a una sola alma. Ahora mismo, Armand está furioso. Pero es un hombre de negocios. Necesita