POV Jeremy.

El sol de la mañana se colaba por los ventanales del Registro Civil e iluminaba el polvo suspendido en el aire y la radiante sonrisa de Mía. Su mano, cálida y suave, se unió a la mía. No había pasado ni una semana desde que Isabella firmó los papeles del divorcio, pero aquí estaba yo, cumpliendo la siguiente fase de mi plan. Algunos dirían que era precipitado. Yo lo llamaba eficiencia.

A mi lado, mi mejor amigo, Daniel, intentaba disimular una sonrisa nerviosa. A mi lado, una amiga de Mía llevaba un vestido demasiado corto para la ocasión; éramos los únicos testigos. Tal como lo había planeado. Joseph Walton jamás habría aprobado esto, ni siquiera sabía que Mía existía en mi vida de esa manera. Pero ahora, con el control de la corporación Walton asegurado, era el momento de ser feliz. O, al menos, era mi propia elección.

—Señor Walton, ¿acepta a la señorita Calavai como su legítima esposa?

La voz del oficial era monótona, pero las palabras resonaron con una finalidad que l