Capítulo 50. La Opción Inconcebible.
POV Isabella.
La mañana siguiente en París se sintió fría y desoladora. La cita con el doctor Dubois, el médico de cabecera de la familia, pendía sobre mí como una espada de Damocles.
No había forma de escapar, Armand se había mantenido distante desde nuestra conversación, su presencia en la mansión era palpable pero el muro entre nosotros, infranqueable.
La Condesa Eleanor, con su habitual elegancia, me acompañó a la clínica privada. En la sala de espera, el silencio era ensordecedor. Me sentía una impostora, una bomba de tiempo a punto de estallar.
El doctor Dubois, un hombre mayor de aspecto severo, pero ojos inteligentes, me recibió con una sonrisa profesional.
Me hizo una serie de preguntas, su tono era amable, pero su mirada, penetrante. Cuando llegó el momento del examen, mi corazón latía desbocado. Sabía que la verdad sería revelada.
Después de unos minutos, el doctor se sentó frente a mí, con los resultados en la mano. La Condesa Eleanor observaba atenta.
—Señorita Rodríguez