Adam entró a Sunny Ice más feliz de lo normal, miró a Billie que estaba atendiendo la barra y se acercó a ella.
—Hey—le dijo, Billie le sonrió.
—Hey—respondió—. Te noto resplandeciente hoy.
—Ayer estuve todo el día escribiendo, sin pausas, sin molestias y sin nada que no me gustase—sonrió—. Me sentí perfecto.
—Wow, que genial, me alegro mucho—dijo sincera—. Eso se merece un helado gratis.
—Yo lo pago—habló.
—No vamos a iniciar con esto otra vez—comentó—. De menta