«Es ahora o nunca»—pensó y miró por el ventanal de la heladería, Dione se encontraba en la caja.
Entró al lugar y Dione le sonrió cuando se dio cuenta de él.
«Acércate y háblale»—se dijo a sí mismo y caminó hasta la barra que se encontraba vacía.
—Hey—le dijo Dione. Adam sonrió.
—Hey—respondió—. Es tu último día...¿a qué hora te irás mañana?
—Posiblemente temprano—comentó—. Mi papá vendrá a buscarme a las nueve y seguro nos iremos c