Para cuando llegamos a mi siguiente clase, estaba empezando a sentirme claustrofóbica. Realmente esperaba que Alicia se hubiese equivocado acerca de que tenía cinco lazos, no creía poder lidiar con cinco hombres rodeándome a tiempo completo.

—No te preocupes, ella estará bien —oí decir a Dot con molestia.

—Cualquier problema sólo grita y estaremos aquí enseguida —le dijo Marcos, apartándose para dejarme salir de mi jaula de músculos.

Vi a Dot en la puerta del vestuario, parada al lado de una pequeña chica asiática que le sonrió dulcemente a Daniel, antes de presentarse a sí misma.

—Hola, soy Sol, Daniel es mi lazo y me ha reclutado para el equipo femenino —rio, entrelazando su brazo con el mío y conduciéndome al interior.

Miré hacia atrás y les hice una pequeña señal a los chicos antes de que Dot cerrara la puerta en sus caras. Solté un suspiro de alivio.

—Intenso, ¿eh? —preguntó.

—Mucho —resoplé.

—Las cosas se calmarán pronto —me tranquilizó Sol.

Seguí a las chicas hasta un banco dond