Capítulo 82: Sorpresa a la esposa.
>>> Margot Delacroix:
Cedí ante Bastien… Él inclinó la cabeza, seguro de sí mismo, como siempre.
Me tomó del dorso de la mano con esa firmeza suya habitual e imponente, y salimos de la oficina.
Tap~ Tap~
Nuestros pasos resonaban en el pasillo mientras él iba hablando por teléfono. Llamó a Hugo, y luego, a la niñera principal de los mellizos para que los preparen.
Salimos de la mansión. En las afueras recibí a mis bebitos.
Bianca respiraba suavemente, se sentía cálida y estaba pegadita contra mi pecho; Charlie dormía con la boquita entreabierta, ese gesto tierno que me derretía el corazón.
La limusina nos esperaba con las puertas abiertas.
El aire de París era frío ese día bajo un cielo nublado.
—Despacio… —murmuré, acomodando a Bianca.
—Ya está —contestó Bastien, con un tono de voz grave, y acomodó a Charlie en el asiento especial.
Ambos mellizos quedaron en sus asientos de seguridad especiales para recién nacidos. Las hebillas de seguridad encajaron. Bastien ajustó