Capítulo 72: El último baile.
El hombre se retiró.
Tristan Rochette quedó congelado. La música en el salón siguió sonando, las luces doradas parpadearon sobre su rostro inmóvil.
—¿Pasó algo? —preguntó Margot en un susurro apenas audible, sin perder la sonrisa cortés frente a las miradas cercanas.
Él parpadeó una vez, respiró hondo y entonces la sonrisa del señor Rochette volvió, impecable, como si nada lo hubiera alterado.
Inclinó apenas el mentón hacia ella, con la mano aún en su cintura, la postura perfecta de un anfitrión que domina.
—Nada grave —murmuró Tristan, con la voz calmada—. Un detalle con unos invitados en el exterior. Iré a solucionarlo rápido. Quédate aquí y aguarda, ¿sí?
Margot lo miró fija, sus dedos se aferraron al saco de él, apretando con nervios y sus ojos verdes temblaron, húmedos por la tensión que no sabía explicar.
—No me dejes sola en la mansión Rochette, Tristan… —susurró le hermosa pelirroja—. Y menos con la vista peligrosa de Bastien clavada en mí…
Tristan la sost