Apolo suspira y los sigue, si algo le pasaba a esos pequeños, Hazel lo mataría, además, que no quiere que les pase nada porque obviamente los quería muy en el fondo.
Llegan a la casa que había indicado Walter, para su suerte, no había nadie en la entrada, abren la puerta y Apolo comienza a revisar la casa, Hannah deja las cosas en la mesa y sube hasta la habitación guiándose por el llanto del bebé.
—Me haré cargo del bebé, pero luego de que acabe con la guerra, me casaré con Hazel y lo criaremos juntos, ¿de acuerdo? —Apolo rompe el silencio cuando se encuentra con Alex revisando la sala.
—Mis padres lo harán por ti, estoy seguro de que no les molestara, además, eso podría ser un seguro para que nos visite. —Le sonríe Alex.
—Gracias… —Apolo es interrumpido por un grito y los dos suben rápidamente al segundo piso—. ¿Qué sucede? —pregunta asustado.
—No puedo abrir la puerta —dice Hannah quejándose.
—¿Puedes destruirla? —Alex mira a Apolo y esté cierra sus ojos.
Aún era aprendiz de los po