—Acéptame como tú rey y te dejaré en paz. —Esboza una sonrisa malévola.
—¡Jamás! —responde Apolo indignado.
—Entonces hazlo por Hazel. —Alza su mano y chasquea sus dedos.
Seguido de esto, Hazel es elevada como si la sostuvieran por el cuello, Black la estaba ahorcando.
—Prefiero que me mates, aunque eso es algo que nunca harás porque le tienes miedo a Hazel, sabes que si me tocas un pelo, ella te hará cenizas. —Apolo solo fingía ser fuerte—. ¿Qué se siente criar a alguien creyendo que podía ser tu protección, cuando en realidad es tu destrucción? Los dos sabemos que ella se va a zafar de ese agarre oscuro y te matará. —Le devuelve la sonrisa malévola.
Apolo no iba a caer en su juego de manipulación, porque existe la posibilidad de que lo allá segado y que todo sea una ilusión para que él ceda ante el dolor generado por su amada.
Black se ríe y vuelve a chasquear sus dedos, Hazel cae al suelo y Apolo corre a ayudarla.
—Muñeca lo siento, creí que era una ilusión. —Ella lo empuja molesta