Lauren tranquilizó a Alejandra y le aconsejó que solo le diera un tiempo a Sebastián, ella se marchó de la oficina y cada una siguió en sus roles. Al llegar la hora de salida del trabajo se fueron a sus respectivas casas.
— Por cierto cariño — Sebastián puso su saco en la cama — te recuerdo que el fin de semana se va a trabajar en la mansión del señor Iqbal, él está queriendo que todo esté bien rápido y es por nuestro mejor interés que eso salga rápido para así ocuparnos en otros proyectos que están en pausa.
— No te preocupes que sacaré el trabajo a tiempo, por cierto quiero hablar de Alejandra — Sebastián volteó los ojos — no me hagas esa mueca, la pobre Ale se encuentra muy arrepentida de lo que pasó y no quiero que seas un exagerado con lo que pasó.
— Pero Lauren te puso en peligro a ti y a…
— Suficiente — ella levantó la mano y lo interrumpió — ya le aplicaste la ley del hielo por el resto del día, entiendo que lo que pasó pudo haber terminado en un desastre completo pero por sue