— Señor su hijo lo espera en la sala de junta ¿Qué le digo? — dice la secretaria al entrar.
— Dile que estoy allí en 5 minutos. — ella asiente y se retira.
Mi braga se quedó apuñada en mi mano, me levanto, rodeo la mesa y la meto en el bolsillo de su traje. Me acerco a sus labios seductoramente.
— Lástima que nos interrumpieran suegrito — rueda los ojos al decirle así —. Vaya y atienda a su hijo que yo me tengo que ir de viaje. Pero en usted queda que averigüe con quién me engaña y así poder pedir el divorcio para disfrutar juntos ¿lo juras?
— Lo que tú quieras. — me besa.
Me arreglo para poder salir sin ninguna sospecha. Entro al elevador y mi móvil suena, lo saco para responder.
— Mi reina ya estoy en el puente de los deseos. — Me alegra oír la voz de mi tío Valentín.
— Nos vemos allá.
[...]
Éste parque siempre ha sido mi favorito. Cuando cumplí los 8 años mi tío Valentín me trajo aquí, ese día estaba triste ya que mi madre estaba de viaje por un desfile de moda, mi padre estaba en