Me levanté del sofá, acercándome al despacho, al estar la puerta abierta, entré sin tener que llamar, viendo a Marco con una rodilla en el suelo, y una cajita en sus manos que contenía un anillo, mirándome mientras me sonreía
— Hemos pasado mucho los dos, pero tu me has hecho muy feliz muchas veces, te quiero y deseo que pases el resto de mi vida contigo, ¿qué me dices?¿te casarías conmigo? — me pregunto
— ¿Qué hace Cloe aquí? — pregunte, viendo como se ponía de pie acercándose a mi
– Por favor Alice, dime si me aceptarias como tu esposo — me dijo
— Quieres que te diga que si, ¿para que?¿para tenerme segura y así poder acostarte con ella? — pregunte
— Alice, mi avión sale en dos horas, Cloe está aquí porque nos tenemos que marchar a Italia, hay en Sicilia una conferencia de médicos y es necesario que vaya, deja los celos por favor, nada mas te amo a ti — me dijo rodeando mi cintura con sus brazos
— Entonces me lo pensaré, no quiero ser tu segundo plato, lo siento — le dije marchándome