Cuando me repuse, me lave la cara y los dientes, volviendo al dormitorio, sin dejar mi marido de acariciarme
— ¿Qué ha sido eso? ¿te encuentras mal? voy a llamar al médico — me dijo
— Adrian, solo necesito descansar — le dije
— Sabes que no puedo dejarte descansar, hoy tenemos que empezar a buscar a nuestro hijo, Necesito que me lo des ya — me dijo
— Esta bien, tu mandas, eres mi amor y te debo obediencia — le respondí
Adrian se puso de pie, quitándose despacio la ropa, la camisa, sus pantalones y por último su boxer dejando su miembro a mi vista. Me hizo sentarme en la cama, quitándome el vestido, mi sujetador y por último mis bragas, tirando toda la ropa al suelo.
— Solamente te voy a dar todo mi semen, no me apetece hacerte caricias ni besos, ponte como la perra que eres de rodillas y no te muevas – me dijo
Me puse encima de la cama de rodillas, dejando a su vista mis glúteos, aunque me daba ya todo igual, estaba cansada y me encontraba mal, así que dejé que hiciera conmigo lo que