— ¿Como estas pequeña, sabemos por mi hija que te casaste con un importante doctor, ¿cómo va vuestro matrimonio? — me dijo su padre
— Papa, Alice está aquí para descansar, ha pasado por mucho y no necesita que la interroguen, ahora lo que necesita es mucho apoyo y que esté tranquila — le dijo Bianca
— Alfonso, la nena tiene razón, si la pequeña Alice necesitará hablar, ya lo hará, Bianca hija, lleva a Alice al dormitorio, de verdad que se le ve muy cansada — le dijo su madre
Nos marchamos las dos, entrando en el dormitorio que era de mi amiga, sacando de su armario algunos vestidos para que me cambiara de ropa
— Si necesitas cualquier cosa, díselo a mi madre, ella te quiere mucho, aunque hace tiempo que no os veis — me dijo
— Bianca no me dejes, por favor, sé que aquí voy a estar bien, ¿te acuerdas cuando eramos pequeñas las tres amigas? tu madre nos seguía el juego, hasta que la pobre tenía que marcharse ya que el cansancio pudo con ella — recordamos las dos riéndonos
— Alice, ¿vas a