Kristen entraba al consultorio, el hombre de cabellera negra, se encontraba sentado, estaba completamente concentrado en su trabajo
Era sin duda un hombre ejemplar, tanto que ella se preguntaba, ¿Cómo era que su esposo no había acudido a él? Ella de verdad hubiese preferido eso
No a que el hijo de satán estuviese cerca de su pequeña hija, su hija, aquella que no tenía permitido ver
Debido a que Axel lo había prohibido, según él, había indicado que ella no era de confiar, que podía decirle algo de más, que ella no podía saber nada aún
Qué tontería, ella era su madre, su hija era una verdura Aiken, no una maldita Jenkins, no una basura como su hermano
Era curioso, lo seguía llamando hermano, cuando en realidad nunca fueron tal cosa, nunca tuvieron una gota de sangre en común en su ser
Pero ella seguía llamándolo así, tal vez era por la costumbre, o quizás, era por el hecho de que se recordaba así misma que ese hombre miserable
Aquel que llamaba hermano, era un ser tan terrible que le ha