—¿Connor?
—¡Maldito, me dejaste embarcado en Washington! —solo hasta ese momento Dominic se dio cuenta de que había olvidado por completo en llamarlo, y solo pudo volver a reprimirse ante tanta estupidez.
—Han pasado algunas cosas. Pero en una semana estaré de vuelta.
—Bueno, creo que eso no va a poder ser, porque necesito que me devuelvas todos los favores.
Su ceño se profundizó mientras vio a Jacob reflejando su duda.
—¿De qué estás hablando?
—Estoy hablando de que estoy aquí en Minneapolis, y me urge hablar personalmente contigo…
—¿Estás bromeando?
—No, y hablo en serio. Tengo un asunto aquí, y tú estás muy involucrado en ello…
**
La cabeza de Abigail estaba recostada en el asiento, mientras veía de reojo en