Capítulo 0478
—No es Ezequiel. —Bella le llamó rápidamente a Irene.

—Entonces debe ser Diego. —respondió Irene.

—¡Ese perro! —exclamó Bella—. ¡No se va nunca!

—Bebé, —continuó Irene—, Joaquín y Ezequiel son amigos. Dile a Joaquín que hable con él y que le explique que no es posible entre Ezequiel y yo, que pare con esas tonterías.

—Ya le he dicho eso a Joaquín. —Bella suspiró—. Está bien, lo volveré a enfatizar. Por cierto, ¿cuándo vas a Monteluna? ¡Voy a recoger a mi ahijado!

—Mañana por la tarde. —dijo Irene—. No te preocupes por venir a buscarlo, él vendrá conmigo.

Al colgar, Irene se dio cuenta de que Félix la miraba con ansias. Cuando ella dejó el teléfono, el niño se lanzó hacia ella.

—Mami, ¿terminaste? ¿Puedes jugar conmigo?

—Claro, Feli, ¿qué quieres jugar? —Irene sintió un nudo en el corazón.

—¡Quiero jugar a las casitas! —Los ojos de Félix brillaban—. ¡Tú serás la mamá y yo el bebé, y quiero que me cargues!

—Está bien. —Irene sonrió mientras lo alzaba.

—No así, tienes que cargarme de lado
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