—Detente. Es suficiente —era Liam. Mi hermano intentaba evitar que asesinara a los humanos.
—Ellos no merecen mi ayuda, ni mi compasión. No después de lo que han hecho —respondí. En ese instante comprendí algo. Esa misma determinación que ahora sentía, era la que debía tener contra Kaleb y su ejército. No podía seguir teniendo compasión por quienes intentan destruirme.
—Andy, tú no eres así. Detente —Liam me sujetó, y supe lo que debía hacer.
—Bien —me giré nuevamente hacia las cámaras—. Se acabó. A partir de ahora, si quieren mi ayuda, deberán hacer un juramento de lealtad. Ahora pueden defenderse ustedes solos.
Inmediatamente después, usé el poder de la gema para recuperar todos los cristales de poder que se habían entregado a las naciones. No permitiré que sigan utilizando mi magia en mi contra.
Luego, me fui con Liam de regreso a la montaña para evaluar los daños.
Al llegar, vi que Blirka ya se estaba haciendo cargo de todo.
—¿Están todos bien? —le pregunté.
—No. Tenemos varios her