Yalens sintió la hinchazón en sus labios y como pudo se apartó de Anton y mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas levanto su mano dispuesta a bofetearlo, pero al ver la expresión de su contrincante calmada mientras pasaba los dedos de su mano por su boca, todo se detuvo.
Apretó su puño y girando su cuerpo termino de subir las escaleras para salir corriendo como pudo en dirección de la salida que le había indicado Dennis, donde la esperaría. Anton quedó desconcertado, esperaba la inminente bofetada de la joven, pero ver cómo las lágrimas que tanto había contenido Yalens se delizaron por sus mejillas lo hicieron sentir una sensación extraña. Y cuando vio su figura salir corriendo la persiguio sin pensarlo. Yalens salió con su respiración agitada consu mano sobre su pecho, mientras sentía como le faltaba el aire. Dennis ya la esperaba y al verla en ese estado exclamó preocupada —¿Señorita está bien? Yalens negó mientras levantaba su mirada y se sostenía de la mujer para no caer. —Vamos a casa—dijo Dennis mientras abría la puerta del coche y ayudaba a la inestable Yalens a subir. ¿Qué le sucede a ese hombre? ¿Porque dijo aquello a Dayann? sus manos temblaban ¿Y porque me beso? Se preguntaba la joven mientras tomaba asiento en el interior del auto. Anton llego corriendo, también con la respiración agitada exclamando —Señorita Reymond... Permítame. Yalens ya estaba ubicada en el asiento trasero del coche y volteo su rostro ocultando el rubor de sus mejillas junto a la vergüenza y la rabia que sentía frente a el hombre. Anton intento acercarse al auto pero Dennis se interpuso en su camino diciendo fieramente ——Señor Kalman, la señorita no se siente bien así que es mejor dejarlo así por hoy. Anton regreso a su mirada fría habitual, y asintió con desgano mientras observaba como Dennis abordaba el coche para luego alejarse con las ventanas cerradas. Durante el viaje de regreso Dennis no se atrevió a preguntar que había sucedido, y Yalens no dejaba de tocar sus labios y rebobinar en su mente el beso con Anton mientras se recriminaba internamente, ese había sido su primer beso. Por otra parte el hombre regreso al gran salón y se percató de la ausencia de los Reymond. —¿Señor se encuentra bien?—Pregunto apresuradamente Dustin al observar a su jefe con una extraña sonrisa sobre sus labios. —Si regresemos a casa—dijo Anton al joven mientras se retiraba del gran salón bajo la atenta mirada de los invitados que acudieron a despedirlo como era debido. En el auto Dustin se sentía algo culpable, ya que la leve alegría de su jefe se debía a que había logrado llevar a cabo su plan, y la pobre Yalens había caído en su trampa. °•°• Y es que aproximadamente seis meses atrás una noche calurosa de verano Anton se encontraba en su gran mansión sin poder conciliar el sueño y después de fumar unos cuantos cigarrillos y recorrer con impaciencia los pasillos de esta, se sirvió un vaso de whisky, dejándose caer en el gran sofá mullido de su sala, acomodando sus largas piernas sobre la mesa de centro y encendió sin preocupacion la televisión . No era un hombre que mirara televisión, pero en esa noche en especial había decidido hacerlo, mientras cruzaba canales, llegó a uno donde salía una escena en tonos blancos y negro y se veía una mujer impactante mientras a sus pies posaban varios cuerpos sin vida y de sus labios rojos descendía sangre. Anton sintió una extraña sensación de excitacion, así que inmediatamente apagó la pantalla y bebió el trago completo para regresar a la cama con la imagen clavada en su retina. Esa mañana no tuvo más opción que calmar su ansiedad solo en la ducha, y por primera vez en esos años tenia una erección, así que en su viaje a la oficina uso su perspicacia. —¿Dustin has observado por casualidad esa serie de vampiros que está de moda? —pregunto de forma casual. Dustin que iba concentrado en unos documentos, quedó sorprendido sobre la pregunta de su jefe, no era un hombre que disfrutará de cosas mundanas como ver la televisión. —Señor así hay muchas series pero si hay una nueva que está teniendo un gran auge por su protagonista— el joven responde con un vestigio de emoción. —¡Ah si! ¿Y quién es ella? —pregunto Anton sin mostrar emoción. —Señor es una belleza de Mannheim se llama Yalens Reymond. En ese momento el interior del auto se ensombresio que tanto el conductor y el asistente, sintieron que habían hecho algo mal. —Repite su nombre— exclamó Anton con desdén en su voz. Dustin sintió que iba a morir pero era peor desobedecer a su jefe así que trago saliva y respondió —“Yalens Reymond” Anton soltó una gran carcajada, mientras Dustin miro al conductor de lado preguntando que era tan gracioso. —Quiero que la invetiges y descubras si tiene algo que ver con Dayann y los Reymond.