Anton había estado en un extraño trance durante la carrera y cuando Yuna cruzo la línea de meta ganando se sintió excitado, que le sucedía.
Ines tenía una expresión despectiva en la cual se observaba su ira, mientras apretaba sus puños y cuando finalizó la carrera vio como su hermano se marchaba así que decidió actuar.
Cuando Anton vio a Yuna lucir una enorme sonrisa de felicidad, mientras la envolvían en festejos y era llevada al podio, también se sintió feliz,
“¡Anton, me duele mi tobillo!” dijo Ines teatralmente.
Anton fue sacado de su trance y se dio cuenta que no solo él se encontraba en ese estado todo el autódromo estallaba en excitación entorno a Yuna, fue familiar la sensación como el día en el club eso ocasionó Yalens, lo que la hacía especial, única, generaba movimiento en las masas.
“¡Anton!” “¿Me escuchas?” volvió a decir Ines.
“¡Perdóname, si quieres que pida a tu hermano llevarte al hospital!”
Anton bajo su mirada al tobillo de Ines, así que se cuclillo frente a ella