~°•Nueve semanas después°•

Yalens salió del aeropuerto en Mannheim. Llevaba un hermoso vestido amarillo de tirantes y un puñado de paquetes. Se veía radiante.

—¡Señora, bienvenida! ¡Dios, está aún más hermosa! —exclamó Angélica, dándole un abrazo.

—¡Auch! —se quejó Angélica, que acababa de recibir un codazo a Dennis, y Yalens rio de la escena.

—¡Me alegra mucho volver a verlas! Por primera vez en años, estaba ansiosa por regresar a esta ciudad —respondió Yalens mientras las saludaba y les entregaba unos paquetes de regalo.

—Señorita, nosotros llevaremos sus cosas a la mansión. Me imagino que usted quiere ir a otro lugar —dijo Dennis, terminando de subir las maletas al auto y entregándole las llaves del Rolls-Royce a Yalens.

—¡Gracias, Dennis! Son las mejores. Nos vemos mañana en la carrera —dijo Yalens, despidiéndose con la mano mientras se subía al auto.

—¡Señorita, disculpe, un muy feliz cumpleaños! —dijo Dennis, acercándose a Yalens junto a Angélica, que asentía con una sonri