Cerró los ojos cuando jugó con su glande y le dedicó penetraciones cortas, haciéndola retorcerse de goce, ese que sintió también y se vio forzado a cerrar los ojos y abrir la boca para controlarse. La joven lo llenaba de espasmos, de un placer incontrolable que no sabía desde donde provenía.
Era magnifica y no se cansaba de repetírselo.
Por otro lado, Lexy sintió alivio cuando el hombre se deslizó en su interior y encontró paz cuando el hombre llenó el vacío que sentía.
Se estiró por encima de su cuerpo para tocarle los brazos musculosos y para alucinar con los ojos entrecerrados mientras el hombre se la seguía follando con efusión.
Recorrió su pecho con la punta de los dedos y