“Yo nunca había conocido a una mujer más tonta que tú y eso que conozco a varias”. —Burló su conciencia—. “Es como dijo Anne: se sacrificó por ti y tú le pagaste con desconfianza y traición al elegir tu puesto de trabajo, el dinero, la posición social”. —Explicó su conciencia y Lexy se echó a llorar con discreción, aguantando el desgarrador llanto que le nacía desde el fondo del pecho y es que su poco cuerda conciencia tenía razón.
—Estudios DGSound, señorita —interrumpió el conductor y Lexy miró la hora en su teléfono móvil.
Tras pagar por el largo viaje, corrió a tropezones hasta el interior del elegante estudio de grabación y se vio obligada a calmarse cuando se encontró con una refinada recepcionista, esa que la miró con curiosidad desde su puesto.
—Hola, hola —habló nerviosa y es que no podía dejar de sudar—. Busco a Emma Storni.
—¿Emma Storni? —curioseó la joven recepcionista y miró a Lexy con el ceño arrugado—. ¿Emma King?
—¡Sí, sí a ella misma! —exclamó y se alegró cuando ent