—Entonces, te acompaño.
—No es necesario, esto es el set, puedo salir y dar una vuelta por mi cuenta.
—De acuerdo, si necesitas algo, avísame.
Justo cuando Noa salía de la sala de descanso, escuchó al director gritar a través del megáfono, y a lo lejos, vio la imponente figura de alguien.
Se encontraba en medio de la multitud, con la mirada fría y una expresión indiferente en su rostro, observando el escenario central como si estuviera supervisando el progreso.
Su mera presencia ejercía una enorme presión sobre los actores y el equipo de producción. Aunque mantenía los labios apretados y miraba su teléfono de vez en cuando, aparentemente sin prestar atención a lo que estaba sucediendo en el escenario, su mera presencia era suficiente para hacer que todos se sintieran agobiados e incapaces de respirar.
Algunos actores tenían una baja resistencia mental y tartamudeaban al decir sus líneas, lo que dificultaba la filmación. El director tuvo que gritar a través del megáfono:
—¿Qué está pasa