Después de ducharme y estar presentable para la larga conversación que tendré con mi padre y bajo a desayunar para encontrarlo sentado con su café, periódico y su ceño fruncido.
- Buenos días. - Me atrevo a decir y lo veo levantar la cabeza para afinar sus ojos en mí y después volver al periódico y decir buenos días entre los dientes.
Ok, no es la primera vez que estamos en esta situación, yo con cara de arrepentida y mi padre con el ceño fruncido y demostrándome su enfado.
- Papá. - Empiezo pero él solo levanta la cabeza para mirarme y hacerme entender que en el momento no quiere escucharme.