Capitulo 3.

Al día siguiente Haru regreso a aquel edificio y esta vez la recepcionista tuvo que informarle al asistente del ruso que había llegado. De inmediato le dejan pasar por lo sube al elevador para dirigirse a las oficinas del presidente. 

"No entiendo porque el presidente sale con un omega callejero."

"Seguramente solo le gusta su cara bonita, pero cuando se aburra lo dejará."

"Por supuesto, siempre hace eso, nunca los toma en serio."

Comenta la recepcionista con otra empleada. Por su parte, Haru llegó al piso indicado y fuera del elevador, el asistente del ruso ya lo esperaba para guiarlo hacía la sala donde se reunirán. Por supuesto él asistente estará presente para validar el contrato, ya que este es un abogado de renombre. 

— buen día caramelito. Espero no hayas cambiado de opinión.— guiño. 

Haru toma asiento y el asistente le entrega el contrato para leerlo, ahora si, la clausula era que, ninguno de los dos podría tener una relación fuera del matrimonio, de hacerlo, el infiel estaba obligado a pagar una penalizacion de 100 mil dólares. Haru sonríe satisfecho, porque esa monto, quien lo pagará es Dimitri, cuando inicie su relación con el secretario que llegará dentro de un año. 

— perfecto, ahora si puedo firmar, sabía que mi caramelito aceptaría.— el asistente le da un bolígrafo para firmar y así lo hace. 

Dimitri también pone su firma y le entrega el documento al asistente, mientras le informa a Haru que debe presentarse en las oficinas del registro civil el sábado en la mañana y debe de vestir adecuadamente, ya que seguramente los medios de alguna forma terminaran enterándose de la boda. Haru estira la mano hacía el ruso.

—¿que? ¿Quieres una copia del contrato?— pregunta extrañado.

— no, la tarjeta negra, en los dramas el CEO le da a su pareja una tarjeta negra para que haga las compras que necesite. Y yo necesito un traje.— sonríe.

El ruso le mira con fastidio, en su vida espero que alguien le pidiera algo así de manera tan descarada. Hace una seña para que su asistente se acerque entregándole un sobre, cuando Haru lo abre solo frunce los labios y lo deja sobre el escritorio.

— no nos hemos casado y ya eres un tacaño. No me quiero imaginar cuando estemos casados, seguramente hasta candando le pondrás al refrigerador.— finge que se limpia una lágrima. 

Dimitri se queda en silencio por un rato, pero finalmente saca una tarjeta negra y se lo entrega al omega. Sus ojos parecían brillar al tener en sus manos la tarjeta y sonríe con emoción, finalmente tiene en sus manos la todopoderosa tarjeta negra. Se pone de pie y se acerca rápidamente al ruso dándole un beso en la mejilla.

— estaré a tiempo en el registro. Te amo caramelito.— 

Dimitri estaba por atraparlo, pero el chico sale corriendo. Al estar solos, le pide a su asistente que vigile la compras que haga el omega, y si ve algo sospechoso que bloquee la tarjeta. 

— por supuesto señor.— asegura el asistente. 

♧♧♧♧♧♧♧

Haru salió del edificio y se dirigió a un local de comida, compro comida, también fue a comprar algo de ropa y abrigos. Tras esto, fue al hospital a visitar a la abuela del verdadero Haru, esa mujer es buena, así que esta bien darle un poco de lo que esta ganando. 

Al llegar al hospital ahí estaba la mujer en una habitación junto con otros pacientes y apenas tenía una sábana en aquel lugar frío.

— abuelita. Lamento no haber venido antes.— comenta con una sonrisa.

— mi niño, no te preocupes, se lo ocupado que estás.— responde la mujer. 

— mira, te traje algunas cosas.— le entrega el abrigo y también una manta, deja una caja con ropas y acerca una mesita para colocar la comida. 

— pero mi niño...esto es demasiado.— le mira preocupada.

— abuela, no te preocupes, en realidad esto lo envía mi novio.— comenta con una sonrisa.

—¿novio?, ¿desde cuando tienes uno?— se asombra.

— hace mucho, solo no quería decirte por miedo a que no funcionará. Pero sabes, me ha pedido casarnos y quiere darte un mejor tratamiento, quiere hacerse responsable de ambos.— espera que la mujer se lo crea. 

— pero eso...¿no es mucho?, no necesita hacerse cargo de mi, no quiero que eso cause problemas en tu relación, mi niño, se feliz y aquí estaré bien.— responde la mujer con preocupación.

— no abuelita, él es un buen hombre, el sabe lo que hiciste por mí y quiere ayudarte, dice que gracias a ti, yo llegue a su vida.— metirle a la pobre mujer lo hace sentirse mal, pero, es lo mejor que puede hacer.

Haru le cuenta que su prometido es dueño de una empresa y que es muy generoso, todo totalmente alejado de la realidad. Después de ver que su abuela comiera, la dejo cuando se durmió y paso a recepción para pedir una habitación privada, una donde pueda estar cómoda sin que otros pacientes estén incomodando. Al salir de ahí, ya casi anochece, por lo que pidió un taxi para ir a una boutique, debe conseguir el traje para el sábado. 

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Ya siendo de noche, llego a aquel pequeño cuarto viejo donde se vivía. Al llegar en la puerta un chico lo estaba esperando con los brazos cruzados y al parecer, enojado, algo que se nota más cuando ese chico ve su ropa.

— esa ropa, es mía. No puedo creer que llegues a tanto Haru, debiste pedirlo.— le grita.

Haru se queda en silencio un momento, este chico ante él, era su vecino y amigo, Leo Jones, un chico de la misma edad que Haru, este era un beta, al igual que Haru no ha tenido una vida fácil, pues vive con una madre borracha y todo lo que gana Leo en su trabajo, su madre se lo quita, el chico ha querido irse a vivir solo, pero como mesero n gana mucho. Leo es un joven delgado, de cabello negro y ojos castaños. 

— ¿por qué te llevaste mi ropa?, Haru sabes que si me lo pides con gusto te presto.— comenta.

— lo siento Leo, ven, tengo algo para ti.— le hace una seña.

Leo se extraña, en especial al ver que lleva varias bolsas en sus manos. Ya dentro de la casa, Leo ve que las bolsas eran ropas nuevas y además había traído suficiente comida. 

— ¿como conseguiste todo esto Haru?, la comida se ve cara y llevas dos días sin trabajar.— pregunta.

— Leo, me caso el sábado, todo esto lo compro mi novio.— rebela. 

— ¿que?, como que...¿casarte?, nunca me habías dicho que tenías una pareja...¿no estarás metido en cosas ilegales?— se preocupa.

— no, todo es legal. Por eso, Leo, tu siempre me ayudas con mi abuelita, por eso, quiero que vengas conmigo. Tengo planes y tú eres la persona que necesito.— responde con una gran sonrisa.

Haru le explica que quiere poner un negocio, uno pequeño y quiere que sea Leo quien cocine, ya que donde trabaja ahora el dueño le paga muy poco y siempre le hace cumplir horas extras sin un bono. Haru le da una llave a Leo, era de un local en el centro y arriba tenía una habitación equipada para que viva una persona.

— quiero que te mudes ahí, ya hice todo el papeleo. Por fin puedes alejarte de esa mujer que no te trata cada día peor.— 

— e-esto es mucho...¿y si tu novio se enoja?, estas haciendo todo esto con su dinero...¿y si piensa que soy tu amante?— se preocupa.

— no lo hará, ya le explique.— desvía la mirada.— en fin, hazlo, ve ese lugar mañana, te ayudaré a llevar tus cosas, me quedaré contigo hasta que llegue el sábado, para trabajar con el local.

— esta bien, pero que quede claro que pagaré por esa habitación, lo juro.— asegura. 

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