Mundo ficciónIniciar sesiónJusto como Haru le pidió a Leo, ambos se mudaron a aquella habitación, era pequeña, pero equipada con una pequeña cocina y un baño, ambos se acomodan en dos colchonetas, mientras que Haru surte la despensa. Más tarde cuando acaban la mudanza, bajan al local, era pequeño, pero Haru le dice que será una cafetería, porque sabe que Leo es adicionado a preparar postres.
Mientras Leo limpia, Haru salió a seleccionar las mesas y todo lo necesario para la cafetería. La tarjeta negra era como tener un gran poder con el cual podía conseguir todo lo que deseará. Tras acabar las compras paso a comprar comida, y justo cuando iba saliendo del restaurante, ve a Dimitri entrando a un restaurante de enfrente en compañía de una exhuberante mujer.
— míralo, disfrutando sus últimos días de soltería.— hace una mueca de desagrado.
Haru sigue su camino, pero tras unos pasos se detiene y da la vuelta. En el restaurante Dimitri pide una botella de vino mientras su acompañante se muestra emocionada de poder compartir la mesa con él, ella habla lo afortunada que se siente de haber sido invitada, después de todo, es de las mejores modelos del país y acaba de firmar para representar a la compañía de Dimitri.
Repentinamente alguien cubre los ojos de Dimitri y este se sorprende, aunque tan pronto siente el aroma del omega, sabe de quien se trata mientras que la exhuberante mujer frunce el ceño al ver al omega.
— aleja tus manos de él sucio omega.— la mujer expresa con enojo. Incluso le hace señas a los meseros.
Haru quita las manos de los ojos y le abraza del cuello aunque por detrás pegando su mejilla a la del ruso.
— hola caramelito, no pensé encontrarte aquí.— mira a la mujer.—¿quien es?, ¿dejarás que me insulte?— hace un puchero.
Dimitri sentía un tic nervioso en el ojo, nunca es su vida alguien se había atrevido a ser tan fastidioso. Los meseros se acercan y le piden a Haru que se retire o lo sacaran a la fuerza.
— esta bien, lo conozco.— les asegura Dimitri.
Los meseros se miran entre si confundidos y la mujer sentada frente a él hace una mueca de desagrado.
— Dimi, ¿en verdad conoces a este sucio omega?— pregunta con arrogancia.
— cuidado en como le hablas a mi caramelito, para ti, es señor Volkov y yo, señorito Emerald, no sucio omega.— reclama Haru.
— ¿quien te crees tú para hablarme así?, deber...—
— es mi prometido, señorita Olson. Y tal como él le pidió, señor Volkov para usted, no Dimi, odio que se refieran a mi con apodos.— al decir esto último mira con enojo a Haru.
El omega ya lo había soltado pero se inclina dándole un beso en la mejilla.
— solo pase a saludarte, caramelito. Te espero esta noche.— susurra.— compre lencería sexy.
Le sonríe con burla a la mujer y después un guiño dirigido al ruso. Haru sale de aquel restaurante dando saltitos después de hacer su maldad del día. Seguramente para mañana ya todos sabrán que Dimitri Volkov esta comprometido y esa mujer a de estar furiosa. Mientras camina suena su viejo celular.
[Vuelve a hacer algo así y te dejaré invalido.]
[Grrr eso, déjame como bambi con un mega revolcon.]
Hasta un escalofrío sintió cuando vio que el mensaje fue leído, seguramente Dimitri estará hecho una furia.
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Los siguientes días Haru se aseguro de que todo avanzará rápido, hasta que llegó el sábado, era el día de su condena...de su matrimonio. Se despidió de Leo y salió llevándose el traje de boda, espera en el lugar tengan baños, porque si se viste desde casa, seguramente cuando llegue ya estará sucio.
Un lujoso auto se detuvo frente al edificio, de ahí bajo Dimitri y su asistente Wilson. Ambos entran, pero no ven a Haru, así que Wilson pregunta a la recepcionista y esta le indica que la pareja de su jefe ya estaba dentro de la oficina, la mujer le indica cual. Dimitri abre la puerta encontrándose con Haru ya vestido con el traje, era un precioso traje blanco con lindos detalles que hacen lucir muy lindo al omega.
Dimitri se quedo en silencio contemplando al lindo omega, hasta que Haru se cruza de brazos.
— creí que te habías arrepentido, caramelito.— le comenta divertido.
— todo se arruina cuando abres la boca.— responde Dimitri.
Tras él, Wilson solo se cubre con la mano para que nadie vea que dejo escapar un risilla. Ya que ambos estaban presentes, el juez comenzó con la breve ceremonia, daba la plática respectiva, así como los votos, ambos dieron el acepto y proceden a firmar.
— por el poder que me confiere el estado, ambos ahora son una pareja casada. Felicidades y que su matrimonio sea feliz.— comenta el juez.
— gracias, así será.— responde Dimitri.
El ruso sostiene a Haru del brazo para salir de aquella oficina. Haru solo va en silencio, tanto show por el traje para que lo usará solo un par de minutos. Estaba por quejarse pero tan pronto salen del edificio su rostro es flasheado por las cámaras de los reposteros.
— bola de chismosos, ¿me quieren dejar ciego?— se queja cubriendo su rostro con su mano y agacha la mirada.
Dimitri solo les responde que no dará comentarios y guía a un aturdido Haru dentro del auto, apenas están dentro, Wilson pone el marcha el auto.
— malditos buitres, ¿como se enteran de todo?— se queja Dimitri.
Haru estaba con los ojos perdidos, aun ve lucesitas revoloteando frente a él.
— seguro la del registro aviso o que se yo...¿soy el único que ve esas luces?— señala a la nada.
Dimitri solo voltea los ojos con fastidio. Pero le explica que irán a casa y en la noche saldrán al aeropuerto, viajaran un par de días a Miami, ya que deben hacer lucir todo real, por lo que deben irse a una falsa luna de miel.
— genial, la playa, siempre quise ir a la playa.— se emociona.
Al llegar, era una mansión enorme con sirvientes que les dan la bienvenida y Wilson presenta a Haru como el esposo del ruso, algunos se sorprenden, aunque uno que otro muestra desagrado. Haru no les presta atención, solo se aleja para mirar la residencia.
《por eso el Haru real no quería divorciarse.》 piensa.
— disculpe, el presidente lo espera arriba, sigame.— menciona Wilson.
— ¡ah! Si, claro, no hay que olvidar la noche de bodas.— comenta y ríe solito.
Wilson lo lleva arriba en una habitación la cual obviamente no es de Dimitri, pero ese detalle lo hablará después, ahora es mejor dormir un poco, por lo del viaje, además debe llamar a Leo para avisarle sobre el viaje, para que el chico se encargue de ver los últimos detalles del negocio.
Wilson toca la puerta y al atender, el asistente le entrega una maleta, diciendo que la recogió del departamento, que su amigo hizo el favor de empacar sus cosas.
— gracias Wilson, había olvidado la maleta, no sabía que iría de viaje.— comenta Haru.
— descuide, fue imprevisto. Buen viaje, esta vez yo no estaré, así que sea paciente con el presidente.— le pide.
— claro, que conste que si regreso viudo, no es mi culpa.— advierte de una vez.
Wilson ríe por su comentario y le desea que descanse, lo llamara cuando sea la hora de salir.







