Enical
Bien, es lindo, es algo normal, digo, creo que también es modelo. ¿Cierto? Entonces es lógico que una parte de mí crea que es lindo, pero nada más Enical.
-Buen día- saludó Antonio rompiendo la mirada vacía de la recepcionista y el alboroto en mi cabeza -Una mesa para dos, por favor- solicitó con una sonrisa amable.
-Bienvenidos a Chinepolis, claro- contestó la joven de cabello rojo pintado y ojos verdes, era más alta que yo y su blusa blanca abierta en los primeros botones me hizo ver que claramente ahí también me llevaba centímetros de ventaja, con su falda tubo negra y tacones que le quedaban muy bien definiendo su figura -Su nombre por favor y número de teléfono- dijo fingiendo que era lo más normal pedir esos datos, Antonio no se lo tragó y alzó una ceja -Es para mantenerlo al tanto de nuestras ofertas- sugirió con inocencia.